La comunicación acerca de la historia personal entre los niños y niñas y sus familias adoptivas no siempre es fácil, más aún teniendo en cuenta las dificultades que pueden mostrar como consecuencia de las historias de adversidad que han padecido.
En el coloquio que la Escuela de familias adoptivas organizó recientemente con Jesús M. Jiménez Morago, profesor del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, en la Universidad de Sevilla, hablaron entre otras cosas de la importancia del cuento para propiciar la comunicación y dotar a los niños de palabras y darles la posibilidad de que vean en tercera persona lo que sienten y las dudas que tienen al mismo tiempo que se dan cuenta de que hay otros niños con sus mismas inquietudes y con una historia similar a la suya.
El pasado día 23 De Octubre en el palacio de la Madraza de Granada se presentó el libro «Mariposas en el corazón.La adopción desde dentro«. Libro coral de cinco autoras entre las que me encuentro… y me reencuentro en los intrincados caminos del mundo adoptivo.
Cada una de las cinco historias que abarca diez adopciones, tiene un tema con un peso específico: La escuela y los elementos desequilibrantes en el proceso adoptivo, La adopción monoparental y las diferencias culturales, las familias de urgencia y el racismo en la sociedad, El limbo de la legislación española respecto a la adopción nacional…
Mi Capítulo se llama «Para siempre» y en él incido en un tema difícil para cualquier familia como es la creación del vínculo y la integración de la madre biológica como algo necesario para que ese vínculo se cree de una manera sana y sólida.
Cómo no podía ser de otra forma hablamos también del cuento «¿Yo tengo dos mamás?» Porque para nosotros ha sido un instrumento tranquilizador del seísmo emocional que le supuso a mi hijo saber lo que en realidad significaba ser adoptado: Que antes que yo tenía otra madre…
Si hay un tema complejo de abordar en muchas de las familias adoptivas, éste, sin duda es el de la madre biológica. ¿Qué ubicación le damos en la vida de nuestros hijos, y en la nuestra como padres? El cuento ¿Yo tengo dos mamás?de Mercedes Moya e ilustrado por Mª José Sánchez puede ayudarnos con la tarea de comprender e integrar la figura de la madre biológica en nuestra propia familia.
Con una narración sencilla, amena, cargada de ternura, dulzura (no edulcorada) y natural emergen los pensamientos recurrentes de los menores adoptados en relación a su madre de nacimiento y que en muchas ocasiones, se reprimen por un conflicto de lealtad con sus padres adoptivos.
El texto se centra en lo real y lo emocional sin recurrir a tópicos banales que pueden generar confusión en cuanto al origen vital de los menores. Desde el inicio del relato el protagonista se cuestiona de qué barriga procede, todos los niños provienen de una pero a él fueron a buscarlo a un orfanato. Consciente de que su historia comienza antes de la adopción, las respuestas que aporta la madre vienen cargadas de amor, empatía, reconocimiento y validación de las emociones que suscita el hecho diferencial de la adopción, y del sentimiento de abandono.
El cuento es una herramienta realmente útil que nos enseña que las cosas son más fáciles de lo que puede parecer a priori. A veces, las cosas son más complejas y nos producen miedo cuando las pensamos y por el contrario, buscando palabras sencillas y emociones sentidas el miedo se desvanece cuando en las familias se aborda el tema de las progenitoras, las dadoras de vida de nuestros pequeños.
Cuando leía el cuento hace ya unos días, me venía a la memoria a la actitud de mi madre adoptiva cuando me hablaba de mi madre biológica. Nunca hubo un juicio en sus palabras, simplemente la ubicó en el lugar que le correspondía, era la mujer que me había dado la vida y la mujer que a ella, la había convertido en madre. En mi madre, sin adjetivos.
Iratxe serrano.
Iratxe Serrano.Educadora Social, Pedagoga y Máster en Programación Neurolingüística.
Dos mamás, dos estrellas.
Dedicado a todos los niños y niñas adoptados…y sus dos mamás:
“Dicen los aldeanos del lugar que si miras al cielo en las noches de tormenta es posible ver llorar a las estrellas. Lloran de pena, afligidas por el dolor de unas madres que no pueden ver cumplidos sus sueños, porque añoran sus quimeras tanto tiempo pensadas. Algunas de esas madres lamentan sus sueños rotos de no poder engendrar un hijo; otras, que lo engendraron, lloran y lloran porque no pueden tenerlo con ellas, porque no sabían o podían cuidarle.
Sus lágrimas amargas, simbióticamente reflejadas en esas estrellas confidentes, se funden en un profundo pesar del que, sin saberlo, al unirse, se van formando estalactitas de amor, largos haces de afecto que juntan cielos y tierra, creando un manto brillante que les lleva a ambas mujeres hasta un hijo o hija compartido. Unas les dieron la vida, otras les procurarán cuidados y amor. Miles y miles de estalactitas de amor, tantas como adopciones hay, repoblan el espacio entre cielo y tierra.
Las estrellas saben muy bien que su llanto hace posible que ambas madres compartan un lazo que les va a unir para siempre desde ese momento. La biológica, al otro lado del firmamento, imperceptible a la vista, emite en la distancia una pequeña luz que permite saberla existente siempre allí desde donde se encuentre su pequeño. La otra estrella, la que le cuida y educa, se transforma cada día al amanecer en una importante estrella, el sol radiante, que calienta, guía y da luz. Con sus rayitos solares hace cosquillas al pequeño para hacerle reír. Otras veces le acuna cuando está triste o enfadado sin saber por qué, esperando pacientemente que se calme. Dicen también los aldeanos que en las noches claras de luna, muchos niños y niñas adoptados dejan volar sus sueños, unas veces despiertos y otras tantas dormidos, agarraditos a su burbuja materna con forma de corazón sin soltarse, hasta llegar al filo de la luna menguante desde donde pueden sentir más cerca la luz que sus dos mamás transmiten. Desde allí, sentados mirando al frente, es posible verles imaginando cómo será su estrella lejana, fantaseando y pensando en momentos bonitos vividos con ella, incluso enojándose por no poder tenerla un poco más cerca. ¡Cuánto darían por tener juntas a sus dos mamás!.
Su estrella cercana, la que le cuida y le quiere, para consolarle le manda una estrella fugaz donde depositar sus buenos deseos, sus logros, sus preocupaciones, y poder así hacérselos llegar a su otra mamá, al tiempo que le tiende su mano suspirando en silencio para no delatar a su corazón. Dolor y alegría se entremezclan. La esperanza cumplida tiene un precio caro muchas veces difícil de soportar.
Y al amanecer, alejándose poco a poco la noche, dicen los aldeanos que gotas del rocío, tantas como adopciones hay, aparecen cada día en los árboles del bosque simbolizando la unión entre dos madres que hizo posible que cada niño y niña tuviera una familia donde crecer feliz.»
Conchi Martínez Vázquez.
El tema de los orígenes y especialmente lo relativo a la madre biológica de los niños y niñas adoptados es sin duda una de las grandes cuestiones para grandes y pequeños, no sólo por lo que supone en tanto que asimilación e integración de la propia historia, sino además por los sentimientos contrarios asociados. No deber ser fácil ni para unos ni para otros gestionar y entender emociones que surgen de manera espontánea.
Legitimar, normalizar, aceptar es el mejor calmante.
Y para ello se necesitan herramientas, formas de acercarse al tema sin que duela, pero tampoco de manera banal. Acompañando al niño o la niña en sus propios pensamientos, fantasías y temores, sin dejarle solo en ese maremágnum de sentimientos basados en fragmentos de historia que hay que ayudarles a ensartar y darle forma. Los cuentos, en este sentido, tienen un verdadero poder sanador, terapéutico que ayuda a entender y a explicar. Y uno de los que trata este tema dirigido a niños y niñas y del cual quisiera no solo hablaros sino recomendaros, es el cuento ¿Yo tengo dos mamás? de la Editorial Círculo Rojo.
Ese es el título del precioso cuento que desde el corazón Mercedes Moya escribió pensando en su hijo y que junto a las ilustraciones de Mª José Sánchez Megía, otra mamá adoptiva, han dado forma a una útil herramienta que recoge de manera clara, cercana y emotiva una historia que ayuda a integrar a la madre biológica en la vida de los niños y niñas adoptados. Podéis ver el trailer del cuento en el siguiente video:
Mercedes Moya es, además de una excelente persona, la administradora de una web muy interesante, Adopción Punto de Encuentro, que recoge multitud de recursos y experiencias sobre el tema de la adopción, un lugar virtual que no puede faltar en vuestros paseos por la red si os interesa el tema. Admiro mucho su labor y la de otras personas que trabajan de manera altruista para apoyar y ayudar con sus conocimientos a las familias adoptivas. Desde aquí mi admiración a las mismas y mi reconocimiento más sincero.
|Concepcion Martínez Vázquezreconocida profesional Lda. Psicología y Pedagogía. Psicóloga SEAFI Camp de Túria. Pro-fesora asociada Universitat de València.
«Aunque mi mamá ya me había dicho que yo no había estado en su barriga no me dí cuenta de que eso quería decir que tenía otra madre: Mi madre de
nacimiento. ¿Cómo será? ¿Todavía me querrá?»
¿Yo tengo dos mamás? es un cuento escrito e ilustrado por dos madres adoptivas que ayuda a integrar a la madre biológica en la vida de los niños
adoptados.
Una de las cuestiones más delicadas a las que se enfrentan las familias adoptivas es la de la incorporación de la figura de la madre biológica a la vida de los niños. Y es también una de las que más polémica suscitan. ¿Cómo les hablamos de ella a nuestros hijos? ¿Debe ser alguien presente o más bien justo al contrario? Y antes aún de eso ¿Cómo la llamamos? ¿Esa señora que te llevó en la barriga? ¿Tu madre china-kazaja-vietnamita…? ¿Tu madre biológica?
Mercedes Moya conoce muy bien estas cuestiones porque ella misma tiene que compartir el espacio afectivo de sus hijos con esa desconocida que les dio la vida. Y seguramente, ya antes de tener a sus hijos, creía saber cuál sería su postura en este tema. Pero entonces, como pasa siempre, llegó la realidad: las preguntas, inesperadas por más que se esperasen, los dolores inconsolables, las heridas por curar de quienes buscaban desesperadamente respuestas a sus huecos, piezas que encajar en esos espacios vacíos de su historia. Y sobre todo, surgió una necesidad personal de incorporar y dar el espacio necesario a la persona que, sin pretenderlo, dio origen a su propia familia. Un paso imprescindible para poder ofrecer a los niños el soporte que van a necesitar para reconstruir su pasado sin miedo ni rencor: la única forma posible de mirar hacia el futuro, seguros y confiados.
Y de esa experiencia nació “¿Yo tengo dos mamás?”. Un cuento en el que, a través de la voz de un niño, pone nombre y da respuestas al origen primigenio de los niños adoptados. Con el nombre de madre de nacimiento Mercedes presenta a los niños la figura de la madre biológica y ofreciéndoles una forma de comprender con naturalidad y sin prejuicios su papel en su vida.
Ilustrado por María José Sánchez Megía este sencillo relato es una guía que permitirá a padres e hijos abordar este tema, dejando que las preguntas surjan naturalmente, a través de la identificación y ayudando a las familias a crear momentos de intimidad y calma en los que explorar, compartir y caminar juntos en la a veces, compleja construcción de la identidad de los niños adoptados.
Montse Vázquez.Periodista, Publicista. Escritora.Empresaria y madre por partida doble.
Tiene un blog sobre adopción enesteprecisoinstante.blogspot.com cuya lectura es necesaria por sus contenidos, además de amena y emocionante.
En la web www.tulibroamedida.com, crea libros a medida para contar historias personales, románticas, emocionantes, tristes…pero siempre hermosas.