La última opinión que hemos recibido sobre el cuento «¿Yo tengo dos mamás?» Nos viene por sorpresa de Bilbao y nos llena de alegría.
«Acabo de leer el cuento que habéis publicado recientemente y me gustaría felicitaros…
Creo que viene bien recogido y en un lenguaje muy sencillo y fácilmente conectable, una explicación que reconcilia la posibilidad de vivir con dos mundos intergados en uno sólo aunque el otro sea desconocido…
Tiene mucha calidez, cercanía y emotividad el cuento.
Felicidades de verdad porque no es fácil…
Lo utilizaremos y recomendaremos en nuestra trabajo.»
Alberto Rodríguez González. Psicólogo, especialista en acogimiento familiar y adopción.
Alberto Rodríguez González, al que el pasado 15 de octubre leíamos con interés en Dando vueltas sobre vueltas. Espacio para la reflexión en el mundo del Buentrato y la Resiliencia, que es un blog imprescindible donde siempre tratan temas importantes de una manera sencilla y que cuentan con una sección muy interesante que llaman » Duetos: Hablamos sobre adopción«, cómo digo, en el último de sus duetos propuesto por Iñigo Mtz. de Mandojana se encontraba Alberto Rodríguez, preguntado y contestando a Irene Rong González, estudiante de psicología.
De ese excelente post nos quedamos con dos parráfos que nos dan una idea de quien está detrás de esa firma:
“Llevo cerca de 15 años trabajando en acogimiento familiar y adopción y sigo viviendo a día de hoy todos los días como casi los primeros, como un reto continuo y una realidad que te ayuda a crecer profesionalmente desde la curiosidad y la necesidad de ayudar a familias y personas adoptadas a creer que los esfuerzos y el buen trato no cae en saco roto nunca.”
[..]”La sociedad no está acostumbrada a comprender que reparar los daños vividos previos a la adopción, lo hacen las familias adoptivas y esto supone tener que hacer frente a situaciones para las que pocas personas están o se sienten preparadas. Las familias adoptivas recogen el malestar de sus hijos e hijas que otros generaron en el pasado”.
Lo mejor de este cuento fue ayudar a mis hijos –y a mí misma- a poder integrar y dar espacio entre nosotros a su madre de nacimiento, luego María José Sánchez Megía, su ilustradora y promotora de su edición me animó a compartirlo por las posibilidades que tenía para ayudar a otras familias.
María José y yo estamos muy agradecidas y felices por muestras de apoyo como esta.